Mbappé aguanta en el PSG hasta el 31 de julio y recibirá 80 millones de euros | Deportes

Kylian Mbappé ha atravesado este lunes una frontera muy significativa en su relación con el Paris Saint-Germain. Al llegar al 31 de julio aún como parte de la plantilla, se ganaba el derecho a una prima de fidelidad de 80 millones de euros contemplada en el contrato firmado el año pasado. El club no le abonará la cantidad de manera inmediata, según fuentes conocedoras de las condiciones en vigor, sino que el pago se producirá ya el año que viene, independientemente de que Mbappé siga entonces en el PSG o juegue para otro equipo.

Este hito del calendario explica la energía con la que Nasser Al-Khelaifi cerró el 5 de julio la comparecencia en la que presentó a Luis Enrique como nuevo técnico del club: “Si no renueva en dos semanas, la puerta está abierta”. En realidad, se trató de un exceso un tanto hiperbólico, fruto de la situación de debilidad en la que se veía respecto del jugador.

Unos días antes se había conocido la carta en la que el futbolista comunicaba al PSG que no activaría la cláusula del contrato que le permitía ampliarlo hasta junio de 2025. En la misiva, que había datado el 15 de julio 2022, y que guardó durante casi un año antes de enviarla, Mbappé decía que tenía la intención de agotar su contrato en junio de 2024, lo que suponía que entonces se iría gratis.

En ese escenario, el PSG buscó fórmulas para intentar minimizar los daños. En primer lugar, intentó persuadir al entorno del futbolista de que renovara hasta 2025 con el compromiso de venderlo en 2024. Para que dejara algo en la caja del club.

Lo siguiente fue dejarle fuera de la gira del equipo por Japón y Corea, de modo que quedara claro en público que no contaban con él, para tratar así de avivar el interés de otros clubes. Hubo varios europeos que se pusieron en contacto con el PSG. Y apareció también el Al Hilal con la mayor oferta de la historia: 300 millones al PSG más un contrato gigantesco para el futbolista. El club parisino dio autorización al equipo saudí para que entablara conversaciones con Mbappé, pero el atacante no quiso saber nada.

El resumen de toda esa pirotecnia azuzada por Al-Khelaifi era el mismo que el 5 de julio: con el contrato en vigor, todo estaba en manos de Mbappé, por mucho que tratara el club de evitar que alcanzara el 31 de julio aún en nómina. Eso tenía dos consecuencias recogidas en el contrato. Por un lado, activaba el derecho del futbolista a cobrar los 80 millones de la prima de fidelidad. Por otro, si, como ha hecho, mantenía su intención de no renovar, estaba renunciando a otra partida del acuerdo: unos 60 millones de prima de renovación. Esa renuncia, según fuentes cercanas a las negociaciones, llevaba al PSG al convencimiento de que el Real Madrid le había prometido una prima de fichaje aún mayor si llegaba al Bernabéu gratis en el verano de 2024.

Mientras avanza el calendario, en el club blanco se mantienen a la espera, contemplando desde la distancia el desarrollo de los acontecimientos. El desengaño del último verano, cuando pensaban que Mbappé llegaría gratis y terminó renovando, mantiene viva la desconfianza. No quieren volver a ser utilizados en las negociaciones, según fuentes cercanas al alto mando.

Cruzada la frontera del 31 de julio, el PSG ve su posición un poco más debilitada. No confían en que fructifique ninguna de las muestras de interés por Mbappé de varios grandes clubes europeos. Ese interés no es mutuo. Están convencidos de que tiene un acuerdo con el Madrid, según fuentes conocedoras de las negociaciones. También de que el pacto rompe las normas de la FIFA, aunque carecen de pruebas.

En este punto, el siguiente hito del calendario en el que ponen la vista es el 12 de agosto a las 21.00, cuando el PSG recibe al Lorient en la primera jornada de la liga francesa. Señalan el efecto que podría provocar el descontento de la afición, o de la parte más radical de la afición, ante un futbolista que creen que traiciona al club con su plan de irse sin dejar traspaso.

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