Basílica de Santa María de la Sanità: La capilla secreta de Maradona en Nápoles | Fútbol | Deportes

El cuadro 'Diego', de Elvis Spadoni, que está en el claustro de la iglesia de Santa María de la Sanità, de Nápoles.
El cuadro ‘Diego’, de Elvis Spadoni, que está en el claustro de la iglesia de Santa María de la Sanità, de Nápoles.

Las calles desconchadas de Nápoles se componen de capillas religiosas y recuerdos a Diego Armando Maradona. Cada 100 metros, una virgen y dos imágenes al astro argentino, el mito que permitió a la ciudad vengarse de su odiado norte de Italia. Pero existe un rincón escondido y muy poco conocido que une las dos almas y consagra del todo la esencia divina del genio caído (falleció en 2020 con 60 años). Su estampa aparece en un lugar tan sagrado como el claustro de una iglesia, el de la Basílica de Santa María de la Sanità (más conocida como San Vincenzo, por San Vicente Ferrer). Allí, sobre las catacumbas de San Gaudioso, se encuentra un curioso cuadro de aire barroco en el que El Pelusa es retratado con los brazos al cielo, como un mesías. Como lo que es para el pueblo, en realidad.

“Nos gustó colocarlo ahí porque el espíritu de la obra es también situarse en una zona fronteriza entre lo religioso y lo que es tratado como tal”, explica a este periódico su autor, Elvis Spadoni (Urbino, Italia; 44 años). Evitó exponerlo dentro de una iglesia, matiza, pero el claustro pertenece a la parroquia y antes tuvo que negociarlo con el cura. Una calculada ambigüedad.

Este martes por la mañana, la curiosa estampa de este óleo de 1,90 metros de ancho por 2,70 de alto la completaban varios lugareños de avanzada edad que acuden cada día a los pies de la obra con la única intención de sentarse en una silla de plástico y ver pasar el día. “Maradona fue un milagro para nosotros. Fue nuestra revancha con el norte”, comentaba con una sonrisa Giuseppe, uno de ellos, de 73 años, que se quejaba de que por la noche la televisión pública italiana no ofrezca el Nápoles-Real Madrid y tenga que bajarse a un bar.

El lugar no tiene muchos turistas ni devotos del exjugador. Tampoco el cuadro ha tenido excesiva promoción, explica un empleado de la oficina de turismo de las catacumbas. A unos pasos de la obra, el pesebre de la iglesia también cuenta con una figurita de un Maradona dando patadas a una calabaza.

El claustro de la iglesia, con el cuadro al fondo.
El claustro de la iglesia, con el cuadro al fondo.Elvis Spadoni

A Spadoni, un artista que hace obras de arte sacro, se le encendió la luz del retrato, titulado Diego, cuando vio al argentino celebrando un gol de su selección en el Mundial de 2018. Fue en la victoria 2-1 contra Nigeria que le dio a la Albiceleste el pase a los octavos. Una tarde en la que Maradona pasó por todos los estados, siempre excesivo: se levantó la camiseta y enseñó la tripa, se quedó dormido en su palco, dedicó peinetas al público y dejó la imagen que él inmortalizó.

“La foto parecía un cuadro barroco, así que la transformé como si fuera el retablo de un altar, con la escena de un santo mirando al cielo y a la luz divina, rodeado de sus devotos. Para ello usé colores más cercanos a la paleta del periodo barroco”, detalla el autor, que dice que también tiene “un punto lúdico”. “Una vez pintado, quise llevarlo a Nápoles, porque allí se le considera el santo patrón. Me sugirieron el barrio Sanità, por el sacerdote Antonio Loffredo y la cooperativa vinculada a las catacumbas, muy activa en el ámbito cultural. Escribí al padre Antonio y le encantó la idea de exponer el cuadro”, apunta Elvis Spadoni.

En los últimos cinco meses, el claustro de esta iglesia, del siglo XVII, rica en varios retablos barrocos, se ha convertido también en un lugar secreto para venerar al dios contemporáneo de la ciudad. A 20 minutos a pie del barrio de los Quartieri Spagnoli, masificado de turistas, se encuentra la capilla desconocida de Diego Armando Maradona.

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